Son casi las dos de la madrugada (y eso que cuando empecé era casi la una), y yo tendría que estar leyendo Who moved my cheese? pero tras que tengo pocas ganas, con ese nombre se me fueron totalmente. Aparte, cuando uno tiene que estudiar, encuentra cualquier cosa más interesante que hacer. Hasta mirar ese programa malísimo de Utilísima, los reality de MTV (lo de Paris Hilton me superó) o las peliculas domingueras de Telefé (y las que pasan a la madrugada ni te cuento lo malas que son); buscar o ver cualquier cosa en internet que hace cinco meses ibas a buscar y justo ahora te acordaste; y cualquier otra actividad que en situaciones normales, es decir, cuando no tenes que estudiar, no harías. Así que here I am, cargando música en mi celular y escribiendo en mi querido blog.
Hace un rato estaba intentando leer, mientras mi cabeza volaba y pensaba en cosas no relacionadas con la lectura. Y pensaba cuando uno (me incluyo) se queja de las actitudes del resto para con uno, pero no se pone a pensar que tal vez sean producto de la suma de actitudes nuestras, que tal vez no nos damos cuenta pero tenemos, y a veces molestan. Es decir, yo me enojo porque mi amiga no me quiere prestar una lapicera, pero no me pongo a pensar que no me la quiere prestar porque yo siempre se la devuelvo sin la tapa porque la perdí por ahí, con el extremo mordido, etc (ejemplo completamente imbécil). Lo que quiero decir, es que nos quejamos (o tal vez no pero internamente nos molestan) de las consecuencias, pero nunca nos detenemos a pensar en las causas. Es algo que tenemos, mejor dicho, tengo (y, siempre hay que mirarse primero) que implementar para ahorrarme enojos y todo lo que estas situaciones siempre implican, y obviamente para poder corregir cosas de mi misma.
Y creo que hasta acá llega mi cuota filosófica (WTF?) del día, Who moved my cheese? (mentira, seguramente mi almohada) me espera.
24.6.09
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1 bollitos de papel:
Lo peor es que a mí me gustó 'Who moved my cheese?'
P.D: Salió seca.
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